El papa Francisco presidió este domingo desde la Basílica de San Pedro
del Vaticano la solemne Adoración Eucarística, a la que, en el marco de
las celebraciones por el Año de la Fe, estaban llamadas a participar al
mismo tiempo todas las diócesis del mundo, con sus respectivas
catedrales. Con este acto, de una hora de duración, Francisco quiso, en
calidad de cabeza de la Iglesia, ponerse al frente de un rezo global al
unísono, en la primera iniciativa de este tipo que se hace en la Iglesia
Católica, coincidiendo además con la celebración del 50 aniversario de
la apertura del Concilio Vaticano II.Continuar leyendo